En nuestro hotel rural, ubicado en un entorno privilegiado del Valle del Alberche y muy próximo a la Reserva Natural del Valle de Iruelas, te invitamos a desconectar del ruido y a reconectar con lo esencial: contigo mismo, con el ritmo pausado del campo y con la belleza serena que ofrece cada amanecer entre montañas.
Aquí, el sonido del río sustituye al del tráfico, los paseos no tienen destino fijo y cada día es una oportunidad para respirar profundo, mirar al cielo y dejarse llevar.
Rodeado de bosques, senderos y horizontes abiertos, cada estancia se convierte en un descanso real, no solo para el cuerpo, sino también para la mente y el alma.
Este no es solo un lugar para quedarse: es un lugar para sentirse, para parar, para recordar lo que significa vivir sin prisa.
¡Ven a descubrirlo!
Aquí, el descanso no es solo físico: es emocional.
Nuestras habitaciones están diseñadas para ofrecer mucho más que un lugar donde dormir. Son espacios hechos para soñar. Acogedores, serenos y conectados con el entorno. Pensados para que respires naturaleza en cada rincón.
Cada ventana es un cuadro vivo: amaneceres entre montañas, copas de los árboles meciéndose con el viento, o la luz del atardecer bañando el valle en silencio.
El interior, cálido y sencillo, te invita a relajarte, a dejar fuera las prisas y a entrar en un ritmo más pausado, más tuyo. Materiales nobles, detalles cuidados y una atmósfera que refleja la esencia del entorno natural, hacen de cada estancia una experiencia que reconforta cuerpo y alma.
Aquí, alojarse no es solo quedarse:
Es dejarse llevar por la calma.
Es inspirarse con lo esencial.
Es volver a dormir bien.. y despertar mejor.
Ideal para quienes viajan solos y buscan un descanso íntimo y reparador. Un espacio tranquilo y bien integrado en el entorno, donde el silencio, la luz y la sencillez invitan a descansar sin prisas y dejarse llevar por la calma.
Un refugio pensado para dos, cálido y sencillo que se funde con la naturaleza. Un espacio sereno que invita a dejar atrás el ruido, para que el descanso sea más que físico: un momento para reconectar contigo y con el entorno.
Ubicados en el jardín, ofrecen un espacio independiente y acogedor para dos adultos y hasta dos niños. Aquí, la naturaleza y el aire libre se convierten en parte esencial de una estancia llena de calma y confort.
Vienes a respirar naturaleza en su forma más auténtica, a dejarte envolver por la calma de los bosques, el murmullo de las gargantas y la grandeza de las montañas que abrazan este rincón del Valle del Alberche.
Y también vienes a vivir al aire libre, sin necesidad de salir del hotel.
Nuestros jardines son un pequeño universo natural donde el tiempo se desacelera y cada rincón invita a disfrutar. Puedes pasear, estirarte bajo la sombra de un árbol con un buen libro, disfrutar del agua fresca de la piscina o simplemente sentarte a escuchar el canto de los pájaros mientras cae la tarde.
En nuestras amplias zonas exteriores puedes practicar yoga al amanecer, nadar, jugar en familia, disfrutar de un picnic improvisado, compartir una conversación larga bajo las estrellas, o buscar tu propia inspiración.
Es un espacio para estar, para reconectar y dejar que la naturaleza haga su parte:
relajar, inspirar, renovar… y vivir.
Nuestro hotel rural se encuentra enclavado en una ladera bañada por aguas cristalinas que descienden desde las cumbres más altas de la zona: el Pico de la Escusa, al oeste, y el imponente Cerro de Lanchamala, al este, que con sus más de 2.000 metros de altitud marcan el carácter del paisaje y del clima.
Muy cerca discurre el río Alberche, y a pocos minutos se extiende el embalse de El Burguillo, un lugar perfecto para practicar piragüismo o navegar a vela mientras disfrutas de la serenidad del agua rodeado de naturaleza viva. Las rutas a pie o a caballo te permitirán adentrarte en este entorno privilegiado, descubriendo gargantas, miradores, pinares y la fauna que habita en este pequeño paraíso natural.
La cercanía de Ávila capital y Madrid, y la riqueza del entorno, hacen de este lugar uno de los destinos más apreciados para quienes buscan turismo activo, aire puro y conexión con la tierra.
Aquí no solo descansas: te reencuentras contigo mismo, con el ritmo pausado del campo y con el placer de lo sencillo.
Tu refugio te espera.